Ya puedo ir sin maquillaje os comentaba hace unos días. No estoy segura de si esta afirmación es completamente cierta, pero sí lo estoy de que cada vez lo es más.
Me refiero al maquillaje que suponen las máscaras que le ponemos a nuestra personalidad o, lo que puede ser peor, a nuestra mente.
Pocas personas se pueden jactar de ser naturales como una fruta recién cogida del árbol (si es que de los árboles las frutan brotan naturalmente).
Si no es miedo al qué dirán, son las ganas de ofrecer una imagen edulcorada de nosotros mismos en una primera cita o entrevista de trabajo (de mi predilección por comparar novios y trabajos os hablaré más adelante, promete ser un tema divertido).
Volviendo al tema de los maquillajes, debo reconocer que a medida que pasan los años me siento mucho más libre para ser como soy, para no llevar máscara, y eso que nunca he sido como no soy, pero más de una vez he tenido que acicalar mis pensamientos con una buena base de maquillaje, justo lo que nunca he hecho con mi cara.
¿Será acaso que ambos tipos de maquillaje se van a intercambiar felizmente en mi persona? Espero que no, confío en que cada uno evolucione en el sentido que deba hacerlo, pero de manera independiente.
Pero qué digo, por favor, dejad que rectifique mis palabras, no confío en nada, sino que ¡estoy segura! Ya sé que solo depende de mí.
Blog creado para compartir ideas, sentimientos, realidades... todo aquello que haga sentirnos mejor.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Archivo del blog
-
►
2016
(10)
- ► octubre 2016 (2)
- ► septiembre 2016 (1)
- ► abril 2016 (2)
- ► marzo 2016 (4)
-
►
2015
(10)
- ► octubre 2015 (2)
- ► septiembre 2015 (2)
- ► agosto 2015 (1)
- ► julio 2015 (2)
- ► marzo 2015 (2)
- ► enero 2015 (1)
-
►
2014
(16)
- ► diciembre 2014 (2)
- ► noviembre 2014 (1)
- ► septiembre 2014 (1)
- ► agosto 2014 (2)
- ► julio 2014 (1)
- ► junio 2014 (1)
- ► abril 2014 (3)
- ► febrero 2014 (2)
- ► enero 2014 (2)
-
►
2013
(31)
- ► diciembre 2013 (2)
- ► noviembre 2013 (2)
- ► octubre 2013 (1)
- ► septiembre 2013 (3)
- ► agosto 2013 (1)
- ► julio 2013 (2)
- ► junio 2013 (3)
- ► abril 2013 (3)
- ► marzo 2013 (5)
- ► febrero 2013 (6)
- ► enero 2013 (1)
-
►
2012
(20)
- ► diciembre 2012 (1)
- ► noviembre 2012 (3)
- ► octubre 2012 (4)
- ► septiembre 2012 (2)
- ► julio 2012 (2)
- ► junio 2012 (2)
- ► abril 2012 (1)
- ► marzo 2012 (2)
- ► febrero 2012 (1)
- ► enero 2012 (2)
-
►
2011
(18)
- ► diciembre 2011 (2)
- ► octubre 2011 (1)
- ► agosto 2011 (4)
- ► julio 2011 (3)
- ► junio 2011 (1)
- ► abril 2011 (3)
- ► marzo 2011 (1)
- ► febrero 2011 (1)
- ► enero 2011 (2)
-
►
2010
(51)
- ► diciembre 2010 (2)
- ► noviembre 2010 (3)
- ► octubre 2010 (2)
- ► septiembre 2010 (4)
- ► agosto 2010 (4)
- ► julio 2010 (5)
- ► junio 2010 (5)
- ► abril 2010 (7)
- ► marzo 2010 (5)
- ► febrero 2010 (4)
- ► enero 2010 (5)
-
▼
2009
(38)
- ▼ diciembre 2009 (6)
- ► noviembre 2009 (6)
- ► octubre 2009 (8)
- ► septiembre 2009 (11)
- ► agosto 2009 (7)
Vaya Pilar, estoy contigo en la capacidad que nos dan los años en deshacernos de ese tipo de maquillaje y disfrutarlo como eso... como llevar la cara limpia... Si para eso nos sirve hacernos mayores, ¡viva crecer! Aunque eso sí, me quedo con un poco de mi inocencia infantil :)
ResponderEliminarBesotes maca, me alegro mucho de tu evolución :D