viernes, 22 de abril de 2011

Pasión (II)

Empieza a parecerme sospechoso que todas y cada una de las Semanas Santas de los últimos tiempos, haya llovido. Como bien sabéis porque sois chicos sabios, la Semana Santa cae en una fecha o en otra porque las lunas que son muy caprichosas salen a rebosar un día y no otro antes o después de tal día de aquel mes… pues bien, eso hace que año tras año, la Semana Santa pueda caer a mediados de marzo, a finales de marzo, a comienzos de abril o, como ha ocurrido este año 2011, a finales de abril. Como muchas otras cosas en la vida, dependen de la luna.
A mí me llama la atención la Semana Santa en España porque es puro espectáculo, que para quien se lo crea, está francamente bien y para quien no, también, porque como os he dicho, es un magno espectáculo todo lo que se genera en torno al evento.
Yo de dicha tradición solo sigo eso de no comer carne algunos días, porque lo hacía con mucho fervor mi abuela y como a mí el pescado me encanta, pues digamos que no me cuesta mucho trabajo.
Lo que me resulta francamente fascinante es ver que año tras año desde hace unos pocos, siempre llueve. Caiga en la fecha que caiga, decenas de procesiones se quedan sin salir porque llueve a mares en sus ciudades. Vamos, digo yo que algún año les podía hacer bueno para salir con todo su esplendor… pues no, destinados están a hacer penitencia de la buena porque después de tanto esfuerzo, ensayos, entrenamientos y dinero invertido, no pueden salir y tienen que guardarse su pasión para el próximo año.
Yo me lo apunto y lo voy a seguir observando en años venideros, pero sepa el señor del tiempo, que aquí ya nos hemos dado cuenta de que no le gusta mucho la Semana Santa, ya le hemos calado.
A mí la lluvia sí me gusta, sí, aunque chafar planes a cielo descubierto, los chafa como ninguna, pero será por el motivo que sea, que ya os explicaré en otro momento, a mí me gusta. Feliz Semana Santa tengáis.

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