martes, 5 de julio de 2011

Christopher

Predije que iba a llegar pronto y ya lo tengo aquí, la novedad del verano. Se llama Chris o Christopher, como prefiramos, y todos preferimos Chris aunque en otras circunstancias yo hubiera preferido Christopher, sin dudarlo.
Es mi nuevo profesor de inglés.
Por esa pasión que me caracteriza respecto a los idiomas, estoy empeñada en mejorar mi inglés todo lo que pueda y por ello me he apuntado a un cursillo intensivo de verano.
El curso de mi nivel no salió en la escuela que me interesaba y aunque a punto estuve de tirar la toalla… sobre la arena cada tarde, me di una vuelta por el barrio y allí la encontré. Una academia pequeña, con apenas 6 o 7 aulas, pero con mucho aspecto de academia y como el ambiente me atrapó y las sonrisas que allí vi, también, me apunté. Menos horas de las que me hubiera gustado para un intensivo, pero bien.
El primer día de clase, ayer, fue un día de presentación y contacto con los que éramos nuevos, y prueba de nivel para afirmarnos o reubicarnos en el nivel correspondiente.
Salí encantada con el profesor de mi nivel. Agradable, divertido, good-looking, no podía pedir más, la verdad; bueno sí, que me mantuvieran en ese nivel.
Y hurra, así ha sido. Hoy primer día de clase normal: alumnos cuatro chicos y dos chicas y él. Una maravilla, hemos encajado todos a la first, y además, nos lo vamos a pasar en grande porque las carcajadas que se han oído hoy en clase me parece que se repetirán muy a menudo, todos hemos coincidido al salir de clase, y hemos salido de allí porque nos han echado los de la clase siguiente, si no, allí que estábamos todavía contando nuestras vidas en inglés.
Así da gusto estudiar idiomas, bueno, idiomas y todo, si no dais crédito, poned unas risas en vuestra vida cuando la cosa se ponga seria y ya veréis qué bien.

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