jueves, 8 de diciembre de 2011

Standard &

Vaya por delante que no tengo ni la más remota idea de qué es Standard & Poor’s. Bueno, remota sí, pero tan remota que no me apetece lo más mínimo investigar.
Lo que sí sé de esta empresa es que es lo mismo que el Hombre del saco, da miedo.
Yo sigo las noticias a diario, pues me gusta estar informada de lo que pasa por el mundo, pero cuando oigo Standard & Poor’s me entran escalofríos porque justo después de oír su nombre se oye también la cantidad de niños que lleva metidos en el saco y la cantidad que quiere meter.
El hombre del saco es muy malo, porque atrapa a los niños que deambulan por la calle cuando deberían estar en casa haciendo los deberes, jugando con sus hermanos o, sencillamente, lavándose los dientes para ir a la cama. Todos le tenemos miedo al hombre del saco cuando somos pequeños y, para más inri, hay uno igual en todos los países del mundo.
Lo bueno es que el miedo se suele pasar cuando te haces adulto y descubres quién es realmente el hombre del saco; entiendes por qué existe y cuál es su máxima finalidad.
Yo sé que nunca encontraré ni explicación ni la cura a mis escalofríos, pero en mi mano está dejar de ver ese tipo de noticias o, en el mejor de los casos, no comportarme como una criatura.

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