domingo, 25 de marzo de 2012

Sueños

Hace unos días vi en televisión un documental de lo más estremecedor. Su tema: lo poco que se sabe del insomnio. Hablaron de algo impactante para mí, de una enfermedad llamada insomnio letal familiar. Es un tipo de insomnio que con el tiempo se convierte en crónico y llega el día en el que la persona que lo padece nunca más vuelve a dormir, hasta que entra en coma y muere. Me quedé muy impresionada, mucho. Se sabe que es hereditaria y que por fortuna, no hay muchos casos. Se conoce desde 1986, pero pudiera existir de antes…

Es fascinante el mundo del sueño.

A los pocos días de ver el documental, hice un examen de inglés en el que había una parte de listening, otra de writing, otra de speaking y otra de reading, bien, pues el texto que tuve que read para el reading versaba sobre el sueño y sus diferentes fases. Muy interesante también, es curioso cómo nuestro cuerpo pasa de la fase de vigilia al REM más absoluto en apenas unas horas y sin que ‘nos demos cuenta’.

Lo del examen de inglés apuesto a que fue absoluta casualidad, pero lo del documental no, hace poco, diría que el día 16 de marzo, fue el día mundial del sueño.

Los sueños no son lo mismo que el sueño y tampoco lo mismo que los sueños que tenemos despiertos. De los primeros suelo tener a menudo, bastante interpretables con el lenguaje de mi realidad. Del segundo, ojalá no me falte nunca, necesario para vivir. De los terceros, de los que nos planteamos despiertos, me los procuro yo. Cumplirlos es una de las acciones más interesantes que se me ocurren. Espero que ninguno de los tres tipos os falten nunca, síntoma de salud.

martes, 20 de marzo de 2012

He vuelto...

...para quedarme.
Disculpadme una vez más el retraso, vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero que muero porque no muero. Oh, qué bonitos versos de Santa Teresa, que poco tienen de realidad respecto a mi vida. La primera parte tal vez sí, pero no muero porque no muero, sin duda. Soy muy feliz.
Lo que echo de menos es explicaros miles de cosas que me ocurren a diario. No encuentro el momento, pero las tengo en mente. Y no se me olvidan, así que tranquilos, ya vuelvo.

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