sábado, 2 de febrero de 2013

Declaración de amor

Mi compañero de trabajo nos contaba ayer que un día esperando a que sus niños saliesen del colegio, estando sentados en un banco él y su mujer, pasó por delante de ellos el ex novio de su mujer. ¡Qué fatalidad!

¡Y encima es guapo! Se quejaba él.

Resultó un relato de lo más divertido, pero no me puedo imaginar una circunstancia más perturbadora. Bueno, sí puedo, no me toméis al pie de la letra, que esto es solo una manera de expresarse…

Que vayas a tener que encontrarte al o la ex de tu pareja más frecuentemente de lo que te gustaría es un infortunio. Porque que todos tenemos más o menos ex parejas, ya lo sabemos y, de hecho, es lo natural. No es habitual que alguien acabe toda la vida junto al primer amor que se encontró en su juventud. Pero lo que no es tan natural es que ese o esa ex forme parte de tu vida años después de una manera tan cotidiana (como es la posibilidad de verle cada día en la puerta del colegio de tus hijos).

Yo lo que tengo claro es que cada pareja es un mundo. Cada dos tiene su código y cada pareja sabe lo que pasa dentro y fuera de ella y, para bien o para mal, no lo sabe nadie más.

Lo que yo sé respecto a la mía es que por muchos ex que yo tenga y por muchas veces que me los encontrara cada día, nadie iba a hacer tambalearse ni un milímetro lo que siento por mi pareja. Porque sencillamente no hay nivel más arriba, el más arriba es él.

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