Tenía yo un pedacito de texto previsto para publicar en el blog,
pero cometí el error de dejarlo abandonado unos días, craso error, porque como
ya sabéis, suelo comentar temas de rigurosa actualidad, y hace un par de
semanas, la actualidad era San Fermín.
Y es que nunca he entendido muy bien las ganas de sufrir que
tienen algunas personas. El puntito de placer inmenso que alcanzan en ese
momento en el que superan el riesgo de lo peor debe de ser inimaginable
(inimaginable de bueno, quiero pensar), pero conmigo que no cuenten.
Uno de los días, un toro cargó contra un mozo en el encierro
de la ganadería de El Pilar y le hizo una pequeña (o no tan pequeña) contusión
que se apreciaba bien en un costado. El mozo, americano, respondía tan feliz a
la pregunta del entrevistador: I feel good, happy, vamos a ver, ¿happy? Mi no
entender.
Pero hoy la actualidad es o Bárcenas o el estrés
prevacacional, así que como ninguno de los dos temas me motiva en exceso, os
voy a comentar algo sobre otro buen recurso de conversación: el fútbol.
Hace unos días nos enteramos de que el entrenador del F.C.
Barcelona, Tito Vilanova, tenía que dejar de entrenar por motivos de salud.
Mucho se especuló con quien le pudiese sustituir. Me indigné sobremanera cuando
se escuchó el nombre de Luis Enrique (uno de mis jugadores preferidos del
Barcelona en tiempos…), no podía ser, no se atreverá, ¡acaba de fichar por el
Celta de Vigo! No sé si tuvo intención de venir o no, pero hubiese quedado
fatal con el Celta si nada más fichar, le llama la chica guapa y se va con
ella… el Celta no es el Barça, eso es evidente, pero es que Luis Enrique aún
tiene mucho que demostrar; así que tiempo al tiempo, y si en unos años consigue
algo grande, no necesitará más para que le llamen los grandes, mientras, tiene
que demostrar algo bueno en el equipo gallego. Vamos a ver… tiempo al tiempo.
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