sábado, 12 de abril de 2014

Don't fool me

Como todo el mundo, hay actitudes humanas que llevo mejor y otras que llevo peor, y una de las que peor llevo es la mentira. No me gusta que me mientan o me engañen, que no es lo mismo, pero sí de la familia… os cuento el caso.

Hace unos días recibí una newsletter de una pizzería, Superpizza, en la que se informaba de una oferta buenísima, una pizza a muy buen precio. Así que como casi nunca deja de apetecerme pizza, llamé al teléfono. Tardaron bastante tiempo en atenderme y cuando lo hicieron, resulta que la oferta ya no era tal, para envíos a domicilio había que superar un importa un poco mayor, pensé que aun así merecía la pena y accedí, pero como la pizza seguía costando lo mismo que ponía en la newletter, tenía que pedir más artículos, unas bebidas, un postre, otra pizza, en fin, que con lo mínimo que pedí me fui casi al doble del precio inicial y, ahí reaccioné rápido, me supo tan mal que me estuviesen ‘engañando’ que les dije que no quería nada y colgué.

Lo que hice a continuación fue llamar a mi pizzería habitual y pedir una pizza que sin duda es algo más cara que la anterior, pero no me hace sentir engañada.

En resumen, acabé pagando más dinero a la pizzería de siempre mucho más a gusto que hubiese pagado un precio menor en la anterior (después de las artimañas). Pese a su eficaz reclamo, no supieron aprovecharlo para mejorar el negocio. Hoy estaría hablando de ellos en positivo y no en negativo.

Así pues, que me mientan lo llevo mal, y si lo hacen, como rencorosa no soy, al cabo del tiempo se me olvida por qué, pero mientras lo recuerde… no cuentes conmigo. Sinceridad por encima de todo.

Os dejo hoy con unos de los grandes, Queen. Nada que añadir J


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta:

Archivo del blog

Datos personales